¡Tu basileia es en medio nuestro!

17.04.2022
Bernardita Zambrano Chávez, Ingeniera comercial y Teóloga pastoral

Jesucristo: ¡tu presencia resucitada, se quedó entre nosotros!

Tu reino, tu basileia es en quienes somos tu pueblo.
Ellas te vieron y nosotras, nosotros hemos creído. Tu Ruah Espíritu nos infundió confianza y una fuerza renovada y entusiasta para salir a anunciarte. 
Ya no hay nada más que esperar, tu basileia es en medio nuestro, tu reino es, cuando tus hijos e hijas somos pueblo de Dios, con una misma dignidad y un mismo espíritu.
Tu basileia es, en nuestro momento presente, es aquí y ahora, cuando nos dolemos con el que sufre y como tú, hacemos lo que esté a nuestro alcance para aliviar su dolor. 
Tu basileia viene, cuando nuestro discipulado es para seguirte con alegría y servirte con ternura. Cuando reconocemos los errores del pasado, reconocemos todos los tipos de abusos y manifestamos avergonzados que nos hemos equivocado y buscamos caminos de reparación y justicia. 
Tu basileia es realidad palpable, porque en comunidad todos tenemos un espacio donde aportar, porque no hay puestos, ni títulos que nos distancien, sino solo el deseo de vivir el mandato del amor misericordioso, en medio de nuestras asambleas y con todo prójimo herido que encontramos en el camino.  
La basileia de Dios vino contigo glorificado, te creímos y confiamos en la efusión de la Ruah Espíritu, que nos dejaste para anunciarte, hasta el fin de los tiempos y hasta el último rincón que no te conoce, te ignora o duda de tu amor.
Tu basileia es realidad, porque le damos una sonrisa y pan al migrante, porque miramos sin juicio el amor homosexual, porque le damos el primer puesto en la mesa, no al que tiene título sino al marginado, al excluido, al publicano y la prostituta de estos tiempos. 
Bendito tu reino, tu basileia hoy en medio nuestro, bendita tu luz resucitadora, que hoy reluce en la fe de tus discípulos y discípulas, en el domingo de pascua en toda tu iglesia.
María Magdalena te ha visto y nosotras, nosotros te seguimos viendo en los signos de tu reino, en el banquete de la fiesta y de la inclusión, cuando unos a otros nos lavamos los pies cansados, cuando nos alimentamos con generosidad, para aliviar todas las hambres de nuestra existencia, cuando nos miramos con infinita ternura y compasión, así como siempre, nos has mirado tú.