Día de La Reforma Protestante
31.10.2021
Rebeca Patricia Montemayor
El 31 de octubre de 1517, Martín Lutero, monje agustino, clava sus 95 tesis en la puerta de la Catedral de Wittenberg, Alemania, acto que simboliza el inicio del movimiento de Reforma Protestante del siglo XVI. Tesis, -afirmaciones teológicas- que denunciaban los errores de una iglesia alejada de la Palabra, un sacerdocio alejado de ejemplo de Cristo, y una misión evangélica alejada del amor al prójimo. Es importante recordar que la Reforma del siglo XVI fue multifacética.
Además de la Reforma luterana y la Reforma calvinista, fue muy importante la Reforma radical anabautista; pero una característica de todos estos movimientos es que todos miraban hacia el futuro. Eran, por decirlo de una manera muy gráfica, los parteros y las parteras de un otro mundo moderno que nacía, en el contexto de la diversidad de la fe y las prácticas cristianas.
Entre estas tesis de Lutero y en la teología de los reformadores, se suele resumir el aporte teológico del movimiento protestante, en tres puntos: (1) la justificación por la gracia mediante la fe (sola gratia, sola fide), (2) la sola autoridad normativa y definitiva de las Sagradas Escrituras (sola scriptura, tota scriptura), y (3) el sacerdocio universal de todos los creyentes. Pero, no se olvide la gran tesis que subyace: “La iglesia reformada siempre reformándose” (ecclesia reformata semper reformanda). Porque una iglesia en constante revisión y renovación, dinámica y perenne a través del tiempo y de la historia, implicará a la par, una apertura a la libertad cristiana, que es justo la exigencia del movimiento de Reforma: un proceso liberador en todas sus dimensiones, un proceso renovador en la totalidad de la vida: del ser humano, de la creación, del cosmos.
Y en esta fecha que hoy recordamos, ya a 504 años, vale la pena preguntarse: ¿Qué enseñanzas fundamentales debemos recordar respecto a lo que nos heredó la Reforma del siglo XVI? ¿Cuál es nuestro compromiso como iglesias en estos tiempos de clara emergencia espiritual? ¿Qué principios fundamentales debemos recordar siempre?
Las iglesias cristianas tenemos que redescubrir nuestra historia; porque una iglesia sin historia es una iglesia sin identidad, sin claridad ni criterios. En cambio, una iglesia con memoria será capaz también de ser una iglesia con proyecto que apunta hacia algo nuevo y fresco: de la fe, del evangelio, de la gracia y de un ejercicio responsable del sacerdocio de todos los creyentes, -hombres y mujeres- en la práctica de la libertad en Cristo.
Entonces, las iglesias que se consideran herederas de la Reforma, han de reconocer, por un lado, las buenas prácticas que han sembrado y forjado la fe y la espiritualidad de las comunidades protestantes y de las diversas ramificaciones de las iglesias descendientes de la Reforma en el mundo; y, por otro, -con vergüenza- de las malas prácticas que han desvirtuado los principios reformadores, desde la centralidad de Cristo: hacer de su gracia una vida irresponsable, con una espiritualidad, una esperanza y un compromiso a medias. Esto, en palabras del teólogo Dietrich Bonhoeffer, de la proclamación de “una gracia barata”.
Ser y hacer comunidades reformadas, nos impulsa a vivir así, como seres humanos nuevos, de todas las edades, de todas las preferencias, de todas las experiencias de vida. Porque esta redención integra, suma, incluye, libera, visibiliza, potencia, transforma…todos y todas adheridos a la misión histórica liberadora de Jesús, en un compromiso ineludible por la causa del Reino.
Hoy se vive un momento histórico, parecido dramáticamente al de los reformadores en el siglo XVI, ¿qué reformas han de emprender las iglesias cristianas? Desde nuestros contextos de las realidades cotidianas que asfixian, oprimen, excluyen y siegan la vida de miles de nuestros prójimos. El llamado a los y las cristianas de todos los tiempos es, a que no se conformen, no se amolden a este siglo, sino a confrontar con valentía y coraje a la renovación desde la fe, la gracia, la Palabra: “Iglesias reformadas, siempre reformándose”.
