María Isabel Huerta Armenta.
Actualmente es necesario profundizar y renovar la teología del Corazón de Cristo y el culto que se inspira en ella. Los diferentes estudios sobre la devoción al Sagrado Corazón, se reducen únicamente a dar a conocer mejor la historia del culto y seguir promoviéndolo a nivel devocional. Hoy quiero reflexionar en el corazón de Jesús desde sus actitudes y acciones reflejo de un corazón humano, sensible, que actúa y que hace realidad el amor que siente. Mas allá de la idea romántica que tenemos del “amor” y del “corazón” la fiesta del corazón de Jesús, no nos habla de una persona que no se deja llevar por sentimentalismos o por el hecho de pensar que nos ama, Jesús va más allá de la voluntad de querer hacer algo, en realidad el actúa y no solo piensa que ama, sino que demuestra el amor en acciones concretas y evidentes.
Probablemente pudo enfrentarse con muchas limitantes que las personas tenemos, pero con las que aprendió a trascender, y que fueron fortaleciendo el corazón con sentimientos y acciones que lo consolidan como una persona humana, solidaria, compasiva amorosa, una de acciones fue la verdad: la verdad nos hará libres(Jn. 8, 32), reconocerse a sí mismo con todo lo que era, con su historia, con su realidad, con sus búsquedas lo hizo libre para poder identificar el valor y la dignidad que las personas tenían ,por el hecho de ser y existir, creo que muchos de los encuentros de Jesús con algunos rostros que se mencionan en el evangelio lo llevó a remover en su conciencia los prejuicios que había aprendido entre ellos hacia las mujeres.
Otra características de su corazón entregado y humano que considero le ayudo fue la amistad, en el evangelio se nos narran muchos momentos en los que aprendió a disfrutar con sus amigos, bebía y comía, iba a fiestas, Jesús sabía estar con el otro en momentos de alegría, de diversión no todo era trabajo o la misión tenía sus momentos de placer contrarios a los que el sistema social de su tiempo permitía, por lo que era juzgado y criticado, factor que las personas humanas hacemos con frecuencia y experimentar lo injusto y doloroso que esto puedo ser cuando se crítica, por lo que comenzó a darse cuenta que aquello quienes lo juzgaban vivían una doble moral, la hipocresía, comenzó a reconocer a aquellos que buscaban a Dios de corazón más allá de lo establecido por el sistema religioso y social.
En estos encuentros de disfrutar la vida fue creando momentos de intimidad con las personas con los que se relacionó a un nivel más profundo donde experimentó el amor, un amor real, veraz, libre y justo, lo cual le movió las entrañas y comenzó a mar más allá de su círculo social o cercano comenzó a amar la humanidad y con ellos a los pobres, a los pecadores, a las mujeres, a las adulteras y todes aquellos que eran juzgados por una sociedad y sistema de incoherencia, aprendió a reconocer la verdad, la nobleza en el corazón, el perdón, el dolor y el arrepentimiento.
Creo que estos tres elementos que menciono la verdad, la amistad y el amor hicieron que Jesús se preguntara si lo establecido era lo que debía ser, entre ellos el patriarcado, estos rostros de mujeres que se presentan en los evangelios, son quienes le enseñaron a descubrirlos, la viuda que dona (Lc 21, 2), la mujer encorvada (Lc. 13, 10-17), María de Betania ( Mc. 14,3-9), María de Magdala (Lc, 2), Martha (Jn 11,27) quien lo reconoce como el Cristo antes que Pedro lo hiciera, pues como menciona Elizabeth Jonhson: la persona que se encuentra con Jesucristo le sucede algo extraordinariamente bueno, fundamentalmente pone orden su relación con Dios y en consecuencia consigo misma, al recuperar su integridad interior y experimentar la sanación del cuerpo y del espíritu (2003).
Jesús no sólo piensa que ama, hace realidad el amor compasivo cuando alimenta a los pobres, consolaba el dolor de los otros, no solo con palabras como lo hizo con Martha y María al resucitar a Lázaro, se acerca con ternura a la viuda y le entrega a su hijo, le devuelve un hijo a su madre, son muchas de las acciones que Jesús realizó y que siguen siendo posibles en la realidad actual.
Referencias
Biblia de Jerusalen (2006) Madrid: Descleew Browner