ESTA ES MI HIJA AMADA ¡ESCÚCHENLA!

08.03.2022

Día internacional de la Mujer

Rebeca Montemayor

María Isabel Huerta

El Día Internacional de la Mujer se conmemora el 8 de marzo, en esta fecha, se recuerda la lucha incansable que han tenido las mujeres a lo largo de la historia; de igual forma sirve para visibilizar la desigualdad y discriminación que vivimos las mujeres en todo el mundo, así como hacer efectivos sus derechos, incluyendo la necesidad de eliminar las diversas brechas a las que nos encontramos por ser mujeres.

La historia de esta conmemoración se remonta al 8 de marzo de 1875 en Estados Unidos. Según las Naciones Unidas, cientos de trabajadoras textiles conocidas como 'garment workes' de una fábrica de Nueva York se manifestaron en busca de la igualdad salarial respecto a los hombres, además de una mejora en sus condiciones laborales. En esta manifestación 120 trabajadoras fueron asesinadas a manos de la policía, situación que dos años después fue fundamental para crear el primer sindicato femenino de la historia.

Después, en 1908, cerca de 15,000 mujeres trabajadoras salieron a las calles de Nueva York bajo el lema de 'Pan y Rosas', manifestándose contra las jornadas interminables, las condiciones inhumanas y los penosos salarios. Tres años después llegaría el suceso que marcaría definitivamente el movimiento feminista, el 25 de marzo de 1911 sucedió el desastre industrial con más víctimas mortales de la ciudad de Nueva York (catalogado así por la Organización Internacional del Trabajo (ILO); 146 mujeres murieron en un incendio en la fábrica textil Triangle Shirtwaist a causa de derrumbes, quemaduras e intoxicación por humo.

Las muertes se dieron debido a que los propietarios de la fábrica sellaron las salidas del edificio. Estas muertes no fueron en vano y provocó importantes cambios en la legislación laboral, además del nacimiento del Sindicato Internacional de Mujeres Trabajadoras Textiles.

Clara Zetkin, en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas de Copenhague en 1920 fue quien lanzó la propuesta, aprobada por unanimidad, de conmemorar el Día Internacional de la mujer en el mes de marzo con el objetivo de lograr el voto para la mujer. Fue en 1975 que la Organización de las Naciones Unidas hizo oficial el Día Internacional de la Mujer.

La conmemoración del 08 de marzo nos invita a reconocer la historia del feminismo y su trascendencia e impacto hasta hoy, que se vuelve un referente para las mujeres que queremos hacernos visibles en una realidad donde se nos ha silenciado. El 08 de marzo es revivir la memoria de tantas mujeres que, a lo largo de la historia, se han manifestado y han alzado la voz. Ellas nos han enseñado que no podemos volver a callar.

Aunque el feminismo ha tomado fuerza en los últimos años y se ha ido haciendo notable de manera más cotidiana, sigue siendo motivo de escándalo la palabra feminista, causa incomodidad, miedo y rechazo dentro de la sociedad patriarcal-androcéntrica en la que nos encontramos. Esto no excluye a las comunidades religiosas, y de manera específica en la tradición judeo-cristiana. Es aquí donde se integra la reflexión de la teología feminista, una mirada crítica al sistema de dominación que ha impuesto el sistema socio-religioso patriarcal-Kyriarcal.

Es así, que desde la teología feminista hacemos hoy una relectura a un hecho muy conocido desde Jesús, el cual resonó para visibilizar las resistencias cotidianas de las mujeres: "esta es mi hija amada escúchenla" expresión que denota uno de los acontecimientos iniciales en la vida de Jesús, su bautismo señal de identidad y reconocimiento público a la misión inaugural, ser y estar en el mundo.

Desde este hecho, la mirada de la teología feminista, como el evangelio, abre el camino hacia la igualdad y la inclusividad. Las mujeres, creación y presencia de lo sagrado; las mujeres hijas amadas; las mujeres el derecho a la voz propia; las mujeres incluidas: ser y estar en el mundo. La teología feminista es una cosmovisión plural y diversa, porque esto es lo que se propone, no es una reflexión universalista, pues atiende a cuerpos situados, en espacios y tiempos concretos, cotidianos. Siempre en la tarea y el compromiso de desmontar todo aquello que excluya una espiritualidad libre y abierta; y en la complejidad de construir nuevos paradigmas de compasión y misericordia, donde ninguna mujer, joven, adolescente, niña, quede afuera. Ahora son también hermanas en la sororidad y comunidades alternativas.

Y las hijas amadas, gritan y transgreden, subvierten el orden; caminan, luchan y se organizan, con coraje y audacia, rompen barreras, destruyen paradigmas, nuevas comunidades de paz, justicia y de no violencia. Y están por todas las demás mujeres, ocupan sus territorios, -ahora autónomos- que son al fin, el mundo entero. Hoy, esta voz fuerte y poderosa resuena: ¡Somos las hijas amadas, escúchenos!