Mara Garduño Alvarez
50 años
Psicóloga, psicoanalista y teóloga
De 2012 al 2014 colaboró en el Centro Magdala para migrantes en tránsito en Apaxco, Estado de México. Su labor consistió en buscar donativos en especie y apoyar en el traslado de los mismos. Atendiendo a las y los migrantes en las vías del tren aprendió que migrar es una forma de disidencia, pues las estructuras políticas y económicas de desigualdad son las que obligan a las personas a abandonar sus países de origen.
Desde 2015 colabora en el Centro Madre Antonia, ubicado en el barrio de la Merced, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, lugar donde ocurre una de las realidades más terroríficas y dolorosas de nuestra sociedad: la explotación sexual de las mujeres. A lo largo de los años, Mara ha podido constatar que la violencia que sufren las mujeres proviene tanto de los padrotes como de los consumidores y de la misma sociedad que las condena a vivir en la oscuridad y en el anonimato. Al principio, dice Mara, no fue sencillo comprender por qué las mujeres podían vivir tan atroz sometimiento, pero con el tiempo entendió que la vejación que sufren está cimentada en un sistema patriarcal que sigue imperando en nuestra cultura. Las mujeres que acompaña Mara han sido sometidas toda su vida, pues desde muy pequeñas les enseñaron que debían cuidar los intereses de los hombres de sus familias (padres, hermanos, tíos, primos, amigos, etc.). Es decir, el machismo sigue siendo la principal causa de la explotación sexual de las mujeres en situación de prostitución. Sin embargo, Mara y las integrantes del Centro Madre Antonia ayudan a empoderar a estas mujeres.