Verónica Rosas Valenzuela
Defensora de derechos humanos
Verónica era una madre que vivía muy feliz con su hijo Diego Maximiliano Rosas Valenzuela, quien acababa de cumplir 16 años. Pero el 4 de septiembre de 2015 su hijo fue víctima de secuestro. Verónica juntó con familiares y amigos lo que pudo, entregó el dinero, pero los secuestradores no le devolvieron a Diego. Desde entonces, Verónica ha tenido que enfrentar las autoridades para exigir la búsqueda de su hijo, ya que éstas han sido muy ineficientes e indolentes. Del mismo modo, Verónica ha tenido que aprender a hacer búsqueda en vida (preguntando en diferentes cárceles del país), así como búsqueda en muerte (lotes baldíos, casas de secuestro, etc.). Recuerda que al principio no podía hablar en público, pero también tuvo que aprender a hacerlo por amor a su hijo. Desde 2016 forma parte del Colectivo Uniendo Esperanzas, del Estado de México, y ahora acompaña a otras familias en la búsqueda de sus hijos. En todos los lugares donde Verónica va siempre lleva consigo una imagen de Diego, ya sea en un dije, en una fotografía o un cartel. Hoy Verónica es un ejemplo de fortaleza y liderazgo para otras mujeres, pues a pesar de que no sabe dónde está su hijo no deja de luchar por la verdad y la justicia.